domingo, 8 de diciembre de 2013

El drama de la gente que no quería pensar

Bajo este título, el periodista de "El Correo", César Rufino, desliza a vuela pluma, una aproximación locuaz y entretenida de lo que ocurrió el pasado miércoles en la escalinata de las cada vez más populares "SETAS" de la Plaza de la Encarnación. Ver artículo aquí.


Una sociedad que se cuestione el norte de sus pensamientos y el sur de sus palabras, diciendo verdades como puños, que son dichas sin miedo al oyente está en disposición de cambiar el presente. Un debate instituyente cargado de "verdades" que pugnan por empujar a un poder instituido, anquilosado, corrupto y que práctica la injusticia con la propia ciudadanía.

Los procesos de participación con niños/as y jóvenes en la ciudad de Sevilla que surgieron de proyectos de investigación acción dinamizados y puestos en marcha por Laboraforo provocaron nuevos aires, cuestionamientos, dudas e incertidumbres en los poderes fácticos políticos, mediáticos y sociales. Las verdades, las praxis y la libertad fueron censuradas por ideologías municipalistas de partidos estatales que lejos de transformar la realidad pugnan por repartirse pedazos de un sistema capitalista que justifica su existencia.

El miércoles 4 de diciembre, manifesté en Diálogos Constituyentes, que el preámbulo de esta constitución debería recoger. Todas las decisiones que hayan de ser adoptadas por la ciudadanía y sus representantes deberá ser fruto del debate de todas las personas que conviven en un mismo lugar (niños/as, jóvenes, personas adultas, mayores, migrantes, etc.) mediante asambleas, reuniones, encuentros, etc. y siempre llegando a éstas de a través de la consulta popular vía referendum, consulta electrónica, democracia 4.0, etc.

Una sociedad que no se atreva a pensar es una sociedad condenada al ostracismo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario