Una realidad diferente que se construye día a día desde nuevas
prácticas de crianza y educación que provocan un crecimiento personal
intergeneracional en un nuevo contexto de desarrollo a escala humana.
Estas nuevas formas se sustentan en quellas antiguas prácticas de
las que nos consideramos herederos/as orgullosos/as, de quienes con su
trabajo, lucha, ilusión, compromiso e implicación en la educación y la
crianza hicieron posible un cambio de paradigma.
Cada uno/as de los/as niños/as de nuestra humanidad posee el
derecho reconocido desde 1989 a participar, a decidir, a ser consultado,
ser escuchado y ser tenido en cuenta, según art. 12 al 15, de la
Convención Internacional sobre los Derechos del Niño, a cerca de como
quieren y desean ser educados, criados y crecer.
Nuestra labor y obligación como educadores/as, padres, madres,
personas adultas es tan "sencilla" como compleja, tratar de posibilitar
que este desafío sea posible en el presente, hoy, en el día a día.
Apoyar y posibilitar las condiciones objetivas necesarias para que la
aventura continúe.