jueves, 8 de agosto de 2013

Sembramos ajos, ajetes, zanahorias y remolachas.

Seguimos con nuestros rayos de sol, este que veis es el sexto y último, aunque vamos dando saltos, para buscar la ubicación más idonea. En esta ocasión Nahum, Iris y Jorge se disponen a sembrar tres variedades de ajos, castaño, morado y elefante, de modo que obtengan ajetes o ajos tiernos y ajos (en forma de cabeza). Para ello han elegido diferentes profundidades, para el ajo tierno entre 25 y 30 cm., y siembran una cabeza entera, para el ajo 5 ó 6 cm. y siembran un diente con una distancia aproximada de 8 ó 10 cm. Al ajo de elefante, variedad local que se ha ido perdiendo, pero que estamos intentando recuperar para nuestro rincón de la naturaleza, le hemos dado más espacio sólo hay que ver el tamaño y compararlo con la loseta.

Nahum ha ido pelándolos para entre los dos, sembrar los ajetes en el centro del bancal, bajo la atenta mirada de Iris que no pierde detalle, porque los/as bebes/as van recogiendo información, su información, su modo de entender, respetando su presencia, haciéndola posible posibilitamos no sólo el encuentro intergeneracional sino la importancia que para Enredando Encuentros posee la Pedagogía de la Vida Cotidiana. Nahum no deja de sorprérderse lo rápido que crece Iris, la autonomía que posee, lleva intentando andar desde los seis meses, inquieta por conocer, aprender, compartir, buscar, mostrar, descubrir, y esta es nuestra oportunidad de que lo haga en compañía de otras personas, como nuestro vecino Nahum.




Nahum que deseaba ayudar y aprender de modo práctico como se sembraba en un bancal, porque antes lo había hecho en lomos, se muestra deseoso de seguir conociendo nuevas técnicas, siempre pregunta, interroga y no ceja hasta encontrar una respuesta. Todo el riego del bancal lo ha instalado él con la atenta mirada y recomendaciones de Jorge, ahora haciéndose cargo él de Iris.

Así entendemos la formación de tú a tú, compartiendo momentos, aprendiendo juntos, conciliando la vida familiar y profesional, porque la labor de un padre no es exclusivamente de aprovisionar de recursos a la familia, como la de la madre tampoco es la de hacerse cargo de la educación de la progenie. Para Nahum muy probablemente, también sea una oportunidad para aprender modelos de hombres, con una visión integradora de las funciones en la familia, donde el cariño, el respeto y el afecto son primordiales para el pleno desarrollo de su hija.

¡¡Cuánto aprendemos con pequeños gestos como éste!! ¡¡Cuántas oportunidades bien aprovechadas!!

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